Reflexión de Domingo: Otra marcha del Odio

Reflexión de Domingo: Otra marcha del Odio

Nuevamente se pudo ver que los odiadores marcharon por las calles de CABA, mejor dicho: las empobrecidas calles de CABA, luego de que Alberto los despojara de ese punto que Macri nos había robado hace un tiempito para el sostener los privilegios en la cuna de los gorilas amarillos, especie que sobrevive en ese territorio.

Con un disparatado manual de argumentos que van desde la Reforma Judicial hasta el Comunismo, siempre apuntando al Kirchnerismo, porque la gran bestia negra para esta muchachada capitalina es el Kirchnerismo y sus ramificaciones, bueno allí estaba un nutridito grupete de jóvenes con "banderas argentinas".

Estos pibes expresando con odio sus reclamos ante las cámaras de TN, LN y atacando a Guazzorra, que tuvo que ser escoltado con policías ante la andanada de insultos y de intentos de agresión de los manifestantes hacia quien solo cumple su labor periodística, más allá de los matices ideológicos.

Pedían Libertad, qué utopía, suena hasta épico el enunciado, solo que la Libertad que ellos reclaman es de carácter individual, adolece del espíritu colectivo con que los jóvenes, capaces de torcer el curso de la historia construyen sus ideales con gestas revolucionarias propias de quienes se erigen en protagonistas.

Pero bueno, es lo que hay en CABA, gente que puede poner su voto revolucionario a Espert o que decide avanzar sin grandes sobresaltos con Larreta y Carrió, algo que me exime de comentarios ya que los define con calidad radiográfica y nos anuncia qué cosas podemos esperar de ellos y qué cosas detestar.

Pedían Libertad, sonaba hasta absurdo que quienes resultan desprendimientos de la sociedad más derechizada del país, amantes de la represión como método de construcción de consensos, estén manifestándose en plena pandemia pidiendo Libertad, valor que solo aplican al mercado y no a las personas.

Estos ensayos prepotentes del ego, tienen raíces en un modelo económico que utiliza la política para concretar sus propósitos, ligados siempre a las ganancias, desestimando el escenario social donde acontecen ni los efectos colaterales que provoca la implementación de recetas gastadas que solo conducen a la devastación.

Cómo explicarles que existe otro mundo, más allá de la General Paz y lo que es aún peor, cómo lograr que eso germine empatía en ellos, que puedan aceptar la otra realidad que envuelve al resto de los argentinos, más allá de los ideologías, de los celulares o las cuentas bancarias, un mundo al que no se atreven.