SI POR UN DÍA

SI POR UN DÍA

Qué distinto sería este mundo si por un día ganaran los buenos pero rara vez eso sucede porque apenas se nos conceden pequeñas batallas, para entretenernos ya que todas las guerras la ganan los perversos, los cínicos, los canallas, mientras nosotros seguimos soñando con la heroica resistencia y la victoria épica.

De todos modos quitarnos una parte de culpa en el transcurso de la cotidianidad es eludir responsabilidades que nos son inherentes desde cada decisión que tomamos o dejamos de tomar, siguiendo los modelitos predigeridos que nos alcanzan desde los medios hegemónicos y el sistema de poder para ahorrarnos el trabajo de la observación y el análisis, imponiendo así sus diagnósticos, sus especialistas y sus recetas.

Y cuando hablo de cambiar hablo de un cambio profundo y total, de cambiar la mirada sobre las cosas, que dejemos de privilegiar lo políticamente correcto para ir por lo que debe y tiene que ser, lo que se impone, lo que necesitamos, más allá de todas las cadenas y las mordazas, más allá de las críticas, la lucha y el precio que debamos pagar por aquello que ya no resignaremos jamás en las garras del poder.

Si el PJ elige una lista de unidad todos celebran, sin saber lo que se oculta, lo que calla, lo que no trasciende de ese pacto superestructural que prescinde absolutamente de la opinión y la decisión de las bases para sellar acuerdos que, más allá de cualquier resultado, elude el camino del voto del afiliado para tomar el atajo del mandato de una cúpula que se beneficia directamente con la continuidad, sin dar espacio a la participación, a la alteridad ni la pluralidad.

En definitiva esto le brindaría a las autoridades una legitimidad incuestionable y a través de los mecanismos propios del partido se lograría la transparencia que reclamamos, pero a puertas cerradas y en secreto no se consiguen estos dos atributos insustituibles, esenciales para construir respaldo, sobre todo en un contexto mediático hostil que busca enfáticamente dinamitar todo proyecto popular, como el nuestro.

Por una vez deseo que en cada instancia, en cada suceso ganen los buenos, que lleguen los mejores, que se construya con grandeza, que el egoísmo y la maldad no puedan, que se resignen los mediocres, que acabe la chatura de los que no pueden ni saben valorar a sus compañeros, que las cosas se hablen en voz alta y sin trampas, que podamos ponernos de acuerdo sin que impere la violencia ni la tiranía de los que ejercen el poder.