LA CRUEL SOCIEDAD DE LAS INJUSTICIAS
Lic. Raúl E. Valobra
Vos que vas por la calle, en tu auto de lujo, o estás en el sillón de tu oficina, en la pileta o tal vez de vacaciones y ojalá que cualquiera de estas cosas puedan pasarte, que aumenten tus logros, tus ganancias, tu riqueza, la que busques y te preocupe, que halles un camino constante de expansión y crecimiento en este, nuestro país.
Venía fastidiado por la temperatura, la humedad y el ánimo de la gente de mi país, sobre todo, cuando se me cruzó esta idea, cómo se puede vivir en medio de tantas INJUSTICIAS, sociales, económicas, humanas, etcétera, etcétera, etcétera, en resumen TOTALES, me pregunté por la quietud de quienes asumen esta realidad.
Eres protagonista de lo que nos sucede y las decisiones conjuntas dependen de nuestras elecciones como sujeto de derecho
Los que van por la vida con la doble moral para condenar las alteraciones de la normalidad, solo cuando afectan sus intereses, en cualquier orden refiero, pero no si alteran profundamente la simetría social, concibiendo el marco de desigualdad que desgarra el tejido social, como expresión fatal de una convivencia imposible.
Los que dejan de asombrarse, preocuparse u ocuparse por lo que nos pasa como país, pero verdaderamente, este abismo irreversible que nos aguarda al final de este camino suicida, con la crueldad del disfrute de quienes operan para manipular a las personas y arrastrarlos como ganado hasta la autoflagelación complaciente.
¿No te atreviste aún a detener el engranaje de esta maquinaria implacable? y ahí vas con esa indolencia acostumbrada que introyectaron los medios y redes sociales que consumís de manera inocente, viendo como extraños a tus iguales, luchando por la camiseta de tus enemigos y convencido que militas en el bando correcto.
No puede ser normal en un mundo autoproclamado “civilizado” que la felicidad de unos pocos se pague con el dolor infinito de millones de seres humanos que, por otra parte, tienen el mismo derecho y la pretensión inalienable de alcanzar el máximo de sus posibilidades en esta sociedad donde desarrollan su interacción.
Prueba detenerte, tirar el ancla, porque nada de lo que pasa alrededor es mera casualidad y fortuito, eres protagonista de lo que nos sucede y las decisiones conjuntas dependen de nuestras elecciones como sujeto de derecho dentro del sistema que establecimos para regular nuestras vidas en el marco de la República.
Yo te aseguro que lo peor que te puede pasar como ser humano es asumir la INDIFERENCIA, sentir como ajena toda la tragedia de los excluidos, los pobres, los indigentes, los enfermos, los jubilados, los despedidos, los masacrados por la barbarie manifiesta de estas bestias que son felices donde reinan las INJUSTICIAS.
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