LLA NO CAGA EN BALDES PERO ESTÁN LLENOS DE EXCREMENTO POR DENTRO

LLA NO CAGA EN BALDES PERO ESTÁN LLENOS DE EXCREMENTO POR DENTRO

Lic. Raúl E. Valobra

Acaso te sorprenden los conceptos que vierten, luego de la catastrófica derrota que sufrieron el domingo en la provincia, siempre lo pensaron, siempre redujeron al “Pueblo” a ese espacio denigrante ligado con la ignorancia y la brutalidad de modo placentero, sobreentendiendo que cada pobre de este país eligió ese destino de miseria y ellos por efecto de la meritocracia gozan de un buen pasar económico.

Lo único que ha cambiado es que ahora se animan a decirlo, se atreven a expresar con absoluta liviandad, aquello que por años callaron, las estigmatizantes frases que los funcionarios y funcionales de LLA tuitearon para calmar esa bronca que los pone nuevamente de cara a una Realidad muy distante de la que relatan Milei, Adorni o Caputo.

“No hay caso. La gente de La Matanza ama cagar en un tacho y caminar en calles de barro”, señaló el economista Miguel Boggiano en su cuenta de X. Luego se retractó: “Esto que dije ayer, está mal. Por algún motivo la gente votó como lo hizo. Momento de tomar el mensaje y bajar niveles de agresión”.

Otro usuario, el empresario del Grupo Proaco Lucas Salim, señaló: “Cagan en un balde y votan a los que les roban en la cara. Son burros, son brutos, son pobres por cómo votan, pero están acostumbrados a que ‘el patrón’ político les regale una chapa y con eso les alcanza”.

Cómo se continúa intentando un país con gente que piensa de un hermano de esa manera, con un ser humano que por gracia y fortuna del destino tiene el privilegio de vivir en la franja superior de la pirámide económica, pero que desprecia al pobre por su carácter de pobre, por estar condenado en muchos casos de forma estructural a estar sometidos por el sistema, por políticas pergeñadas por el poder real, en detrimento de ellos.

De todos modos, aclaremos que en es falso que en el Conurbano bonaerense “cagan en un balde”: casi 9 de cada 10 viviendas tienen baño con inodoro con arrastre de agua, pero queda instalado en el imaginario popular que la condición de pobreza los resigna a votar en contra de esa elite iluminada, sin ver que hace menos de dos años atrás ganaron con los votos de esa misma gente que hoy los castiga.

El “mea culpa”, el más profundo análisis que esbozan Milei y su equipo es culpar a la gente por votar así, sin ver este país está protagonizando una crisis sin precedentes, peor que aquel fatídico 2001 de De la Rúa, en este caso hasta con placer ante la crueldad de cada medida que nos sumerge en el peor de los escenarios, sobre todo cuando sabemos que estamos en manos de quienes jamás tendrían que conducir los destinos de la República Argentina.